26 oct 2011

Shadows.

Estaba sin estar, miraba sin mirar, era sin ser. Había perdido la sonrisa, esa que solo florecía al verte y que brillaba después de acariciarte. Ya no sentía mi mano agarrando fuertemente la tuya, como si al soltarla fuera a perderme. Recuerdo que ni siquiera los árboles ni los viandantes que nos cruzábamos por la acera eran capaces de separarnos. Aquel se había convertido en nuestro juego, pero el estúpido juego también se había marchado.

No quedaba nada. Ni una pizca de pasión. Buscaba desesperada en mi interior algo de aquella hermosa e inocente ilusión que antes derrochaba, pero no encontré apenas rastro. Y me sentía culpable; te lo debía.

Me mirabas suplicante, esperando que reaccionase, que volviese a derretirme entre tus brazos tras correr como una loca hacia ti, como hacía antes, pero no había respuesta. Yo, aunque no quería, ya te había cerrado la puerta, y tú estabas intentando romper la ventana...Ambos sabíamos que no serviría de nada.

No quería seguir a tu lado como una sombra. Una sombra que no dice ni demuestra nada. Que siempre está contigo, pero que no siente. Que no te abandona, pero que tampoco te ama. Y tú lo comprendiste, porque aquella fue la última vez que me besaste.



















Negra sombra                                                                         


Cando penso que te fuches
negra sombra que me asombras,
ó pe dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.


Cando maxino que és ida
no mesmo sol te amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, és ti que cantas;


si choran, és ti que choras,
i és o marmurio do río,
i és a noite i és a aurora.


En todo estás e tí és todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.
                              Rosalía de Castro




Negra sombra


Cuando creo que te has ido
negra sombra que me ensombreces
al pie de mi cabecera
haciéndome burla vuelves.


Cuando pienso que te eres ida
en el mismo sol te muestras,
y eres la estrella que brilla
y eres el viento que zumba.


Si cantan, tú eres quien canta:
si lloran, tú eres quien llora,
y eres el rumor del río
y eres la noche y la aurora.


En todo estás y eres todo
por mí y en mí misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me ensombreces.
               (traducción de A. Ruiz de Tarazona)

No hay comentarios: